Un vehículo eléctrico se acciona mediante una batería y un motor eléctrico. Mientras que los vehículos convencionales se sirven de un motor de combustión interna y de gasolina como combustible, los vehículos eléctricos usan energía eléctrica cargada en el interior de una batería de alto voltaje. Por tanto, los vehículos eléctricos son respetuosos con el medio ambiente por no necesitar combustible y no emitir gases de escape.