No aparque el vehículo en una garaje mal ventilado y húmedo. Favorece las condiciones para la corrosión. Sobre todo si lava su vehículo dentro del garaje o lo aparca dentro cuando todavía está mojado o cubierto de nieve, hielo o barro. Incluso un garaje caliente puede contribuir a la corrosión si no está lo suficientemente ventilado para que la humedad desaparezca.